Natalicio de Rodolfo Di Sarli

Como relator de lucha, el prócer principal por excelencia en Argentina es Rodolfo Di Sarli, que tras su paso como locutor en radio y en teatro se convirtió en el relator de Titanes en el Ring cuando debutó en televisión en 1962.

Di Sarli nació el 26 de noviembre de 1919, y con su voz especial y su amplio vocabulario cautivó a las audiencias de la lucha televisiva, transformándose en una pieza imprescindible del show.

Los propios luchadores reconocen que el vibrante relato de Di Sarli marcaba el tono y el ritmo de los combates, ya que solía dar indicaciones de manera encubierta si la contienda perdía intensidad o alguno de los adversarios bajaba su rendimiento.

De su inventiva surgieron nombres de tomas que acostumbraba a adaptar a las características de cada luchador, otorgándoles el carácter de únicas. Para tener una idea, lo que para otros era simplemente una toma de cabeza, para Di Sarli era un candado japonés de costado, embelleciendo la terminología del espectáculo.

Con el tiempo, Martín Karadagián, dueño y creador de Titanes en el Ring, lo incorporó como su socio en la empresa. Desde entonces, Di Sarli, un hombre poseedor de una gran cultura, aportó ideas para nuevos personajes y hasta fue autor de las letras de las canciones que acompañaban la entrada de cada luchador.

A su ingenio se deben la mayoría de los personajes basados en la literatura, la historia universal y la mitología, tales como Don Quijote y Sancho Panza, D’Artagnan el Mosquetero, Genghis Khan, Rómulo y Remo y tantos otros. De esta manera, Titanes en el Ring, además de la magia que ya de por sí conlleva el espectáculo de la lucha, se convirtió en un vehículo cultural, ya que Rodolfo describía con maestría las características de cada personaje, invitando también a los niños para que investigaran en bibliotecas sobre los orígenes de sus ídolos.

Así consiguió atenuar las críticas que recibía el programa desde ciertos sectores de la sociedad por su supuesta violencia. En línea con esto, se hizo célebre una de sus frases de cabecera: Mens sana in córpore sano (mente sana en cuerpo sano), que no podía faltar en sus intervenciones. Con este latiguillo aconsejaba a los jóvenes a practicar deportes y a no repetir las acciones de los luchadores sin tener supervisión adecuada por parte de entrenadores especializados.

En algunos cortos períodos en los que Rodolfo Di Sarli se alejó de Titanes en el Ring por ciertas diferencias con Karadagián, su ausencia se hizo marcadamente notoria. Algo le faltaba al show, Di Sarli era irreemplazable. Fue así que siempre volvió y ejerció su arte verbal hasta 1988, la última temporada televisiva de Titanes en la que participó en vida Martín Karadagián.

Su influencia en la actividad del relato de la lucha en la Argentina ha sido tan grande, que ha establecido un parámetro de comparación para todos sus contemporáneos y para aquellos que lo sucedieron. Hasta el momento, nadie lo ha podido superar. Rodolfo Di Sarli falleció en la ciudad de La Plata el 23 de junio de 2001.

Rafael Daloi, Cuadrilátero Catch, Buenos Aires, Argentina