100 años de Martín Karadagián

Se cumplen 100 años del nacimiento de Martín Karadagián, la figura indiscutiblemente más importante de la historia de la lucha libre en la Argentina, nacido en Buenos Aires el 30 de abril de 1922, de padre armenio y madre española. Su influencia en la lucha argentina todavía sigue vigente. A muy temprana edad manifestó su interés por el deporte, y en particular la lucha grecorromana. Asimismo, abandonó la escuela en el segundo grado de la primaria, dedicándose a trabajar en la carnicería de su padre. Eran los tiempos en los cuales los luchadores extranjeros liderados por el Conde polaco Karol Nowina realizaban torneos anuales de catch as catch can (agárrese como pueda), nombre que se le daba a la lucha en aquel momento. Año tras año se producían estos campeonatos en el mítico estadio Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires. El joven Karadagián asistía como un aficionado más a este espectáculo y se maravillaba ante el despliegue de tan descomunales atletas: se había propuesto convertirse en luchador profesional. Dueño de una sorprendente fortaleza, pero de físico pequeño y baja estatura, se presentó ante Nowina para cumplir con su ilusión, pero no fue tomado en serio. Los luchadores del elenco le propinaban duros castigos como para desalentarlo, pero Martín siempre volvía. Le costó un gran esfuerzo, pero por constancia llegó a meterse en el show cuando Nowina estaba de socio con Iván Zelezniak, un ucraniano conocido como El Hombre Montaña. Con tozudez y perseverancia se fue transformando en una figura importante, explotando su rol de villano, enardeciendo al público por sus faltas del respeto al reglamento. Se convirtió en aquel al que todos amaban odiar. A mediados de los 40, tras el alejamiento de Nowina, Karadagián se hizo socio de Montaña y poco después se hizo dueño absoluto del espectáculo en su doble rol de empresario y luchador. En 1949 luchó en Estados Unidos, superando a figuras como Marvin Mercer, Mike Clancy, Steve Karras o Sam Berg, llegando a combatir en el Madison Square Garden de Nueva York. Ante el declive de los shows en vivo, al bajar considerablemente la cantidad de aficionados en las funciones, Karadagián comprendió que el futuro de la lucha estaba en la TV. De tal manera logró llevar a la pantalla su creación, el programa Titanes en el Ring, debutando por canal 9 de Buenos Aires el 3 de marzo de 1962. El éxito lo acompañó de inmediato y el público se fanatizó con el programa, que volvió sin pausa año tras año hasta 1969. Regresó con fabuloso impacto en 1972, continuando en 1973, 1977-80, 1982 y 1983. Paulatinamente Karadagián fue orientando el programa hacia el público infantil, incorporando personajes de terror y fantasía como La Momia, Yolanka o El Androide. A partir de la temporada de 1977, Karadagián abandonó su imagen de villano y se transformó en luchador justo y correcto. Titanes en el Ring fue el éxito más grande de la lucha libre argentina de todos los tiempos, marcando el estilo y la modalidad de la actividad inclusive hasta nuestros días. Bajo su dirección surgieron los máximos ídolos de las Pampas, tales como el enmascarado Caballero Rojo, El Ancho Rubén Peucelle, Pepino el Payaso y tantos otros. Karadagián incorporó al espectáculo a personajes de la mitología, la historia y la literatura universales, tales como Ulises el Griego, Don Quijote y Sancho Panza o Genghis Khan, por sólo nombrar algunos. En 1984 se retiró forzosamente de la práctica activa de la lucha al serle amputada una de sus piernas por complicaciones con la diabetes. En 1988 encabezó una nueva temporada de Titanes en el Ring como productor y comentarista a la vera del cuadrilátero. Esta fue la última en vida del armenio. Con la producción de su hija, Paulina Karadagián, Titanes en el Ring vivió nuevas encarnaciones televisivas en 1997 y 2001. En cine, Karadagián protagonizó en 1957 la película “Reencuentro con la Gloria” de Iván Grondona, que se estrenó recién cuando Titanes triunfó en la TV. Su filmografía incluye “Las Aventuras del Capitán Piluso en el Castillo del Terror” (1963), “El Hombre Invisible Ataca” (1967), “Titanes en el Ring” (1973) y “Titanes en el Ring Contraataca” (1984). Las hazañas de Martín Karadagián y sus Titanes exceden largamente este espacio: tengamos en cuenta que con motivo de los 50 años del ciclo en 2012 se editó el libro “El Gran Martín”, escrito por Daniel Roncoli, con más de 700 páginas. En tal sentido, añadiremos sólo algunas pinceladas de la impronta que dejó: Karadagián realizó desafíos con boxeadores como José María Gatica, Primo Carnera (italiano campeón mundial completo de boxeo que luego se hizo luchador) o José Giorgetti. En 1963 el disco “La Barba de Karadagián” fue la primera canción dedicada exclusivamente a un luchador a nivel mundial, inaugurando la costumbre de que cada luchador tenga una canción propia que lo identifique. Entendió como nadie el negocio de la lucha y producto de Titanes en el Ring se lanzaron discos, figuritas, muñecos, remeras y una enorme cantidad de artículos, llegando a tener dentro del show personajes publicitarios representando marcas que querían anunciar en su programa. Don Martín partió a la inmortalidad el 27 de agosto de 1991. El legado de Martín Karadagián como empresario y luchador es inconmensurable para varias generaciones de argentinos, continuado aún hoy en la versión actual de Titanes en el Ring.



 
Rafael Daloi, Cuadrilátero Catch, Buenos Aires, Argentina.

Comentarios